lunes, 18 de mayo de 2009

del libro: Ludir hasta la llama

Es acariciar la cabeza de una sisella, una isla azotada
por mis manos, nesgar los perejiles de tu cuerpo,
arrancarme mis plumas de torcaz, merendar en tu bosque,
tus pulsos son puntillas, abrir las alas y recalcitrar,
holgada, muy holgada.
Tú, sisella malvada.