sábado, 30 de enero de 2010

Abhidharma-mahavibhasa-satra (signos de la caída del ángel)

Cuando un ángel se remonta y revolotea emite por lo común una música tan bella como ninguna música, ninguna orquesta y ningún coro podrían imitar; pero cuando la muerte se aproxima, la música se extingue y la voz se torna tensa y débil.

En tiempos normales, tanto de día como de noche, fluye del interior de un ángel una luz que no permite sombras pero cuando la muerte se acerca, la luz se debilita de repente y el cuerpo se envuelve en tenues sombras.

La piel de un ángel es tersa y se halla bien ungida e incluso si se sumerge en un lago de ambrosía rechaza el líquido como hace la hoja del loto; pero cuando se acerca la muerte, el agua se adhiere y no se desprende.

La mayoría de las veces un ángel, como un molinete de fuego, ni se detiene ni es asible en lugar alguno, está allí y aquí casi al mismo tiempo, se escabulle, se mueve y escapa pero cuando la muerte se aproxima permanece en su lugar fijo y no puede huir.

Un ángel traspira una fuerza que jamás parpadea pero cuando la muerte se acerca la fuerza desaparece y el parpadeo se torna incesante.

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