sábado, 22 de mayo de 2010

de Sei SHONAGON: El libro de la almohada. (Siglo X)

Adoro los sones de la flauta. Es hermoso oírla acercándose desde lejos y tambien cuando la tocan muy cerca y luego se aleja y casi no la oímos. No hay nada más encantador que un hombre que siempre lleva una flauta cuando sale a caballo o a pie: Aunque la guarde oculta en su ropa y uno no pueda verla nos gusta saber que está ahí. Me agrada oír cadencias conocidas tocadas en una flauta. Asimismo es grato en el alba encontrar que una flauta ha sido dejada junto a una almohada por un caballero que nos ha visitado. Después envía un mensajero para buscar el instrumento y cuando uno se lo entrega primorosamente envuelto, es como si fuera una elegante carta de la mañana. [...]
Alianza Editorial