miércoles, 14 de julio de 2010

de Jose Antonio GABRIEL Y GALÁN.

Blake cuenta, para justificar ciertos azoros,
que Milton escribía encadenado cuando hablaba de ángeles
y libre como un ave cuando hablaba de infiernos,
porque -interpreta Blake-
el poeta está siempre del lado del demonio.
Blake se impacienta ante cualquier enigma,
se escuda tras de los ojos ciegos
de sus visiones memorables,
destruye lo que duda;
enveceje: va
despeñando a los testigos.


de: Dudas sobre Blake II