viernes, 9 de julio de 2010

del libro: Ludir hasta la llama. Madrid, 1978

Es acariciar la cabeza de una sisella, una isla azotada
por mis manos, nesgar los perejiles de tu cuerpo,
arrancarme mis plumas de torcaz, merendar en tu bosque,
tus pulsos son puntillas, abrir las alas y recalcitrar,
holgada, muy holgada.
Tú, sisella malvada.