jueves, 24 de febrero de 2011

de Miguel ARNAS: El ÁRBOL

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Edward MUNCH


El horror de los niños asesinados es fantasía de la guadaña. El horror de los jóvenes conservados en eterna adolescencia, en insensatez meliflua, es oficio del sermón manipulador, labor del cepo dengoso y sectario.
Malhaya el discurso de los embusteros, ningún círculo será suficiente para contenerlos. Empalados se vean. Que su condena sea soportar el grito eterno de los ángeles ciegos, los que ven lo invisible.

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