jueves, 6 de octubre de 2011

de Juana CASTRO: Vuelo de altanería

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Dulce.
Dulce dices, mas tan sólo sospechas.
Pues no eres la garza
que tan sola y tan grande
bajo mis alas vive.
Dulce, sí.
Dulce ella, ante mí, derribada.
Dulce yo, que sobre el cielo un punto
mi corazón dibuja.
Pequeña flor mi fuerza,
mi arrasada veloz
desde lo alto.
Asciendo
y como un rayo caen,
en picado, mi obediencia y mi sed.
Dulce tú, dulce yo,
dulce ella, bebiéndonos fugaces
de su mano terrible la belleza.
Nada es la dulzura:
Un segundo
de muerte.

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De Arte de cetrería