lunes, 24 de junio de 2013

Alia MAMDUH: Naftalina.


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      Pájaros blancos me siguen agitando las alas en el cielo plomizo. Pájaros que nunca había visto sobre el Tigres, hermosos, brillantes, de patas finas y rojas. Plumas limpias, de ademanes bailarines, bajan en picado y se zambullen. Los ruidos de los picos apresando pececillos me hacen recordar a Mahmud. Caen cerca de mí, baten las alas, flotan, sorben el agua y me miran. Todo lo que me rodea me hace entrar en su seno, el seno del agua, el seno de los pájaros, el tacto de esas manos encendidas en medio del Tigres. Grito el nombre de Mahmud.


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Ediciones del  Oriente y del Mediterráneo. Madrid, 2000